
El terroir en tu nariz
Cada botella de vino es un mapa aromático de su origen. En la Rioja Oriental, la combinación de clima, suelo y prácticas vitivinícolas da lugar a un abanico de aromas que viajan desde la viña hasta tu copa. Detectarlos es abrir una ventana sensorial al paisaje donde nace el vino.
Los aromas que marcan nuestra tierra
En los vinos de Bodegas Alore, los matices aromáticos son la firma de cada añada. Algunos de los más reconocibles son:
-
Hierbas mediterráneas: romero, tomillo y lavanda que crecen cerca de los viñedos.
-
Frutas maduras: ciruelas, cerezas y moras propias de la uva en su punto óptimo.
-
Notas minerales: pedernal o tierra húmeda, reflejo de suelos calizos y pedregosos.
-
Especias suaves: vainilla o clavo, aportadas por la crianza en barrica.
Cómo entrenar tu olfato
Para percibir estos aromas con mayor facilidad, te recomendamos:
-
Servir el vino a la temperatura adecuada: 15 °C para tintos jóvenes y 16–18 °C para crianzas y reservas.
-
Utilizar copas de boca ancha para que el vino respire y libere compuestos aromáticos.
-
Airear el vino moviendo suavemente la copa antes de acercarla a la nariz.
-
Cerrar los ojos y concentrarte solo en el aroma, sin prisa.
La magia del recuerdo
Los aromas tienen la capacidad de evocar recuerdos y emociones. Un vino con notas de lavanda puede transportarte a un paseo por el campo en primavera; uno con toques de tierra húmeda, a una mañana de vendimia. Captarlos no solo enriquece la cata, sino que hace cada sorbo más personal.
Conclusión
Reconocer los aromas del viñedo es aprender a leer la historia que cada vino lleva dentro. En Bodegas Alore, te invitamos a descubrir esta conexión entre copa y paisaje, para que cada degustación sea un viaje sensorial a la Rioja Oriental.
Síguenos:
0 comentarios